Dormitaré
entre los dedos de la arena que cantan latidos
Deslizaré
esos pasos que duermen como dos críos
Celándonos, escondiéndonos, ocultándonos en la sombra, como los bandidos
La soledad
es el paso acompañante en esta intemperie
La obscuridad
es el manto que abraza los puntos de quiebre
Y esa luna, que llora...
su luz sobre el compás... de tus olas
Y bailaré
al compás de esa nube de espejos
Y dormiré
en los cantos que se oyen de lejos
Y mantendré
ese abrazo rodeado de besos
Y te esperaré, cada noche, a las 8,
maullando a todos mis huesos.
Descansaré
entre las ramas de un Otoño que recita imposibles
Me inquietaré
hasta verte llegar desde esos confines
Contándonos, relatos, desde esa brújula inmortal
y no den liebre por gato
Y bailará
la princesa al compás de la Luna
Y dispondrá
de mi suerte pues hoy solo hay una
Y te veré
mantendré la mirada en tus ojos
Y te esperaré, cada noche, a las 8...
... maullando entre los celosos.
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